En un consultorio médico había un cartel que decía:
El resfrío no pasa cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta obstruye cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las broncas no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón desiste cuando el sentido de la vida parece terminar.
La piel se arruga y se torna opaca cuando el agradecimiento no se manifiesta.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo se vuelve intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas se ven amenazadas.
El pecho se comprime cuando el orgullo esclaviza.
El corazón se infarta cuando sobreviene la ingratitud.
Las neurosis paralizan cuando "el niño interno" tiraniza.
Las articulaciones duelen cuando los sentimientos son injustos.
La fiebre quema cuando las defensas derriban las fronteras de la inmunidad.
La plantación es libre, la cosecha, obligatoria...
Presta atención a lo que estás plantando dentro de tu cuerpo, porque eso mismo será lo que cosecharás.
¡¡Sé Feliz!!
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